ORGANIZACIÓN

Se dice que Tespis, el primer autor trágico de quien tenemos noticias, impresionaba a su público gracias a su famoso carro, en el que llevó a Atenas, a mediados del s.VI a.C., la primera compañía de actores ambulantes. Se le atribuía la invención de la acción trágica, la máscara y el juego de los actores. No quedan restos de sus obras y parece que tuvo que vencer en Atenas cierta resistencia a aceptar este espectáculo, eminentemente popular.

El tirano Pisístrato, deseoso de ganarse el apoyo del pueblo, instituyó un concurso anual de tragedia en honor de Dioniso, con lo que se convertía en definitivo el vínculo entre el culto a este dios y las representaciones trágicas.

Las tragedias se representaron en las fiestas Leneas, en enero, hasta el final de las Guerras Médicas, fecha en que se instituyeron las Grandes Dionisias, celebradas al comenzar la primavera.

Algunos meses antes de estos festivales, el arconte recibía los manuscritos de los autores y seleccionaba los tres "lotes" que consideraba más meritorios. Cada "lote" constaba de cuatro obras, una trilogía y una obrita más corta, el drama satírico.
Una vez hecha la elección, el arconte se encargaba de hacer representar las obras escogidas, para lo cual asignaba a los autores seleccionados los coros, actores, músicos, trajes, director de coro y demás elementos necesarios para la representación. Se requerían 12 coreutas (15 a partir de Sófocles) y el número de actores pasó de dos a tres.
Un ciudadano rico, designado por el arconte, financiaba la empresa. Se denominaba corega y solía aceptar tan alto honor, por vanidad o por no hallar un pretexto para sustraerse a él. Podía rehusarlo, dando el nombre de un ciudadano más rico, pero éste podía, a su vez, librarse de tan honorífica misión, proponiendo ante los tribunales que su denunciante intercambiase con él todo su patrimonio. Este original sistema fue aplicado varias veces.
El número de actores, normalmente tres, era aumentado en caso de necesidad, por figurantes mudos. El protagonista, o "primer actor", desempeñaba los primeros papeles; el deuteragonista, "actor secundario", y el tritagonista, "tercer actor", los menos importantes. Si la obra suponía más de tres personajes, cada actor asumía varios papeles, cambiándose de traje y máscara. Como no existían actrices, los personajes femeninos eran encarnados por actores.
Las máscaras, cuya boca amplificaba la voz del actor, con sus rasgos muy marcados expresaban el carácter de cada personaje y el color y disposición de los cabellos indicaban su edad y condición. Las largas vestiduras talares les conferían majestad y disimulaban los coturnos, zapatos de gruesas suelas, que elevaban la estatura de los actores.
Las representaciones tenían lugar al aire libre. En Atenas, el teatro de Dioniso, excavado en la ladera de la Acrópolis, tenía capacidad para 30.000 espectadores. Todos los atenienses podían asistir al espectáculo, previo pago de una entrada. La duración del mismo, diez horas diarias durante tres días seguidos, al sol y en un ambiente polvoriento, ponía a prueba la paciencia del espectador más entusiasta.
Al final de los tres días se distribuían los premios, consistentes en simples coronas de follaje. El premio lo decidía el arconte organizador, que tenía en cuenta las manifestaciones de aprobación o de rechazo que el público había dispensado a cada obra.